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Eficaz en cáncer- DMSO

Eficaz en cáncer

Antiangiogénico y antimetastásico.

Un grupo de investigadores japoneses de la Universidad de Osaka dirigido por el Dr. K. Koizumi comprobó que el DMSO inhibe la producción de la metaloproteinasa MMP-2 bloqueando así la formación de capilares sanguíneos; capacidad antiangiogénica que darían a conocer en un artículo publicado en 2003 en Biological and Pharmaceutical Bulletin. Y en septiembre de 2014 un equipo del Graduate Institute of Basic Medicine de la FuJen Catholic University de Taipei (Taiwan) coordinado por el Dr. Chi-Chung Wang publicó en Plos One los resultados de unas investigaciones sobre su capacidad antitumoral constatando que inhibe la proliferación de células cancerosas -y por tanto la formación de masas tumorales- así como su migración mediante la regulación del supresor HLJ1 (de forma dosis-dependiente).

Antioxidante.

En 1971 la viróloga Charlotte Friend dirigiría en el Mount Sinai Hospital de Nueva York un experimento in vitro con células leucémicas constatando que basta echar en ellas una solución de DMSO para que vuelvan a diferenciarse y transformarse en células sanas normales; el trabajo se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Diez años después -en 1981- un equipo de la University of Colorado School of Medicine dirigido por el Dr. J. E. Repine publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences USA un trabajo según el cual los efectos anticancerígenos del DMSO se deben probablemente a que protege las hebras de ADN gracias a su capacidad antioxidante. Al menos así ocurrió al someter células cancerosas a los efectos de los radicales libres de hidroxilo generados por rayos gamma. Y de hecho así lo confirmaría posteriormente un equipo del New Jersey Medical School coordinado por el Dr. S. M. Goddu con un trabajo publicado en 1996 en Acta Oncológica. Sus ensayos se realizaron sometiendo a ratones a los efectos de yodo-123 (radionucleido) con y sin inyecciones de DMSO intratesticular y observando las alteraciones del ADN en el esperma. Ya en 2010 un grupo de investigadores del Research Reactor Institute de la Universidad de Kyoto encabezado por el Dr. Genro Kashino publicó en Journal of Radiation Research un ensayo in vitro sobre células según el cual el DMSO protege efectivamente las hebras de ADN por su capacidad antioxidante y no por una posible reparación genética.

Y hubo otras investigaciones. Como las de los doctores P. Morley y J. F. Whitfield del National Research Council de Canadá)- publicadas en 1993 en Journal of Cellular Physiology y la Dra. Caroline Bouchard del Institute for Molecular Biology and Tumor Research de Marburg (Alemania)- publicada en 2001 en Genes & Development quienes aseveran por su parte que el DMSO provoca la inhibición de la histona desacetilasa (HDAC). Y hoy es bien sabido que las HDAC provocan la sobreexpresión de varios genes en las células tumorales por lo que su inhibición puede rediferenciar esas células cancerosas transformándolas en células normales.

Agregaremos que un equipo del St. Olav’s University Hospital de Trondheim (Noruega) coordinado por el Dr. E. Christensen efectuó una serie de pruebas con 44 pacientes afectados por 60 tumores -carcinomas de células basales- a los que trató con ácido aminolevulínico, DMSO y terapia fotodinámica conjuntamente obteniendo excelentes resultados en el 81% de los casos tras 72 meses de seguimiento; la técnica utilizada y sus resultados fueron publicados en 2009 en Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology.

Resumiendo: desde 1971 se sabe que el DMSO -sustancia totalmente inocua- puede hacer que células tumorales se recuperen y vuelvan a ser normales.

Eficaz en úlceras

Por lo que al tratamiento de las úlceras se refiere destaca el trabajo que publicó en 1975 en Annals of the New York Academy of Sciences el Dr. R. Miranda-Tirado, del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Se trata de un amplio estudio clínico con 1.371 pacientes con úlceras crónicas de diverso origen -la mayoría resultado de quemaduras- que llevaban más de un año sin resolverse y mostraban distintos grados de infección. El caso es que tras aplicar con un spray tres veces por semana una solución que contenía DMSO, antibióticos y antiinflamatorios el 95% se curó en unas semanas; detallándose casos espectaculares como el de un paciente de 60 años con una ulcera de origen varicoso en una pierna desde hacía ¡15 años!

El Dr. M. Lishner y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv (Israel) presentaron por su parte en 1985 un trabajo de investigación clínica que se publicaría en Journal of the American Geriatrics Society. Veinte pacientes diabéticos con úlceras crónicas que no respondían a los tratamientos farmacéuticos convencionales fueron tratados diariamente -entre 4 y 15 semanas- con aplicaciones tópicas de DMSO lográndose la curación total de 14 y mejora parcial en los otros cuatro; dos en cambio no mostraron mejoría. Los investigadores lo atribuyeron a una mejor oxigenación del tejido, al aumento de la vasodilatación local y a una disminución de la agregación plaquetaria. Aconsejando ese tratamiento en todos los casos de úlceras diabéticas antes de optar por medidas quirúrgicas. Asimismo se han estudiado los efectos del DMSO en las úlceras que a veces provoca el quimioterápico Adriamicina (Doxorubicina); lo hizo un equipo de la Trakya University de Edirne (Turquía) coordinado por el Dr. S. Uzunoglu aplicando tópicamente DMSO en zonas necrotizadas y extravasadas por el fármaco comprobando que es también eficaz en este tipo de ulceraciones. Los resultados se publicaron en 2013 en Journal of Plastic Surgery and Hand Surgery.

Uso en amiloidosis

Los médicos llaman amiloidosis a la formación de depósitos extracelulares de proteínas en tejidos y órganos a los que denominan “amiloides”; hablándose de “amiloidosis primaria» si se desarrolla en un órgano sano y «secundaria” cuando se vincula con una patología previa. Pues bien, un equipo del Ospedale di Cattinara de Trieste (Italia) dirigido por el Dr. P. Morassi trató a dos pacientes con amiloidosis primaria y a otros dos con amiloidosis secundaria y mientras que no se obtuvieron resultados con los primeros en los segundos las inflamaciones artríticas que les afectaban disminuyeron y se optimizó la función renal tras cinco meses de tratamiento oral. El trabajo se publicó en 1989 en Minerva Médica

Frente a los problemas gástricos e intestinales

El Dr. A. S. Salim efectuó pruebas clínicas en el Trauma Centre Medical City de Bagdad (Irak) con 177 pacientes que sufrían destrucción aguda de la mucosa gástrica -causada por radicales libres- dando a un grupo alopurinol -un eliminador de radicales libres- y al otro DMSO constando que éste es igual de eficaz; el trabajo se publicaría en 1991 en Intensive Care Medicine. Posteriormente probaría en úlceras duodenales encontrando la misma efectividad para reconstruir la mucosa estomacal dañada. Y en 1993 publicó un nuevo trabajo en Surgery, Ginecology and Obstetrics en el que explica que estudió a 180 pacientes de artritis que sufrían grave erosión de sus paredes estomacales debido al abuso de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) dividiéndoles en tres grupos a uno de los cuales se dio cuatro veces al día DMSO y a otro alopurinol usándose el tercero como grupo de control. Y al igual que en el trabajo anterior se demostró que el DMSO permite una rápida recuperación del epitelio gástrico.

Cabe añadir que en 2001 se publicó en Journal of Surgical Research el experimento de un grupo de médicos de la Finch University of Health Sciences encabezado por el Dr. C. K. Chang que sometió a un grupo de ratas con peritonitis al DMSO demostrando que inhibe la activación de determinados genes protegiendo así de la endotoxemia y el shock séptico.

Contra el hígado graso

En 2012 apareció en Autophagy un trabajo firmado por un equipo dirigido por el Dr. Young Mi Song del Yonsei University College of Medicine de Seúl (Corea)- sobre el papel del DMSO en el proceso de autofagia confirmando sus experimentos que activa ésta al inhibir la expresión del gen ATF4… lo que disminuye la acumulación de triglicéridos en los hepatocitos que da lugar al hígado graso.

¿Protector cardiaco?

Un equipo de la Universidad de Massachusetts (EEUU) dirigido por el Dr. J. Bardutzky publicó en 2005 en Journal of Cerebral Blood Flow & Metabolism una investigación con ratones sobre los efectos protectores del DMSO en casos de isquemia y se vio que, en comparación con los animales de control, disminuían las áreas infartadas. Cabe añadir que ya en 1967 el Dr. J. W. Finney y sus colegas de la Baylor University Medical Center de Dallas (EEUU) habían comparado los efectos protectores en la isquemia del DMSO con el que se logra usando una cámara hiperbárica y vieron que los resultados eran similares.

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